Marketing Político en las Elecciones del #28M
El próximo 28 de mayo se celebrarán elecciones municipales en toda España y Autonómicas en gran parte del territorio. Serán unas elecciones clave puesto que proyectarán las siguientes, solo unos meses después, que serán las Elecciones Generales al Gobierno de España.
Cuando hablamos de marketing político nos referimos a la disciplina que incluye todas las técnicas de investigación, comunicación y logística que son empleadas en el diseño y realización de acciones estratégicas en una campaña política.
Para planificar una campaña debemos de tener claros cuáles son los objetivos y un amplio y profundo estudio del target al que nos vamos a dirigir. No solo es importante conocer nuestro perfil de votante fiel y potencial, sino entender cuál es nuestro competidor y en que territorio, esto es lo que llamamos técnicas de Microtargeting electoral, que nos permiten desmenuzar el electorado para conocer hasta el mínimo nivel de detalle cuáles son las claves para atraer a esos votantes.
La efectividad en el uso de estas técnicas y en general de una buena campaña de marketing político resulta crucial especialmente cuando se dan situaciones de gran rivalidad y empate técnico en las encuestas, la aplicación resultante puede aportar la victoria por un estrecho margen de votos.
Uno de los errores más comunes es crear e imponer un marco o corriente en la opinión pública cuando realmente este no está en el pensamiento de la mayoría de los ciudadanos, o tratar a los ciudadanos como si fuesen bobos y fuesen a comprar todas las medidas electoralistas de imposible cumplimiento. Aquí de lo que se trata de influenciar a los electores con una lluvia fina comunicativa que va tomando forma con el tiempo. El marketing político no es ni mucho menos dar un canutazo mediático como dicen algunos gurús, sino poder seducir a ese electorado clave y atraerlo a nuestro partido. No es extraño que algunos políticos sigan prefiriendo guiarse por su “olfato”, esto sucede cuando no se tiene los suficientes datos, o cuando no se entienden los que se tienen. Los estudios cuantitativos y cualitativos, bien combinados con importantes fuentes de datos, nos permiten diseñar una campaña de marketing político a medida para unas elecciones, de forma milimétrica y con una orientación a resultados, distribuyendo los recursos humanos y económicos de una forma eficiente.
Movilizar a tus potenciales votantes, no movilizar a tus rivales, es lo que denominamos campaña silenciosa, porque el marketing político no es siempre hacer ruido y crear el mayor volumen de impactos, sino el poder dar la vuelta a las encuestas de los días previos a la cita electoral, inclinando el voto de esos electorales dudosos en las últimas jornadas antes de la votación, aquí es dónde esta la diferencia, y con mayor motivo cuando sabemos que cada vez más, muchos votantes indecisos no se deciden hasta los dos últimos días.
Una campaña de marketing político se compone de varias campañas a su vez, una en los medios de comunicación masiva tradicionales, otra por los métodos del denominado marketing directo, mailing, buzoneos, otra de carácter logístico y publicitario de exteriores y zonas públicas, y cada vez más importante, la última, la batalla que se da en el mundo digital, en las redes sociales y en general en internet. Internet posibilita el contacto individualizado y personalizado con un número infinito de potenciales electores, en la que la organización política o el candidato pueden interactuar individualmente con todos ellos. Las redes sociales son el pilar fundamental en nuestros tiempos, puesto que la interacción con el usuario es mucho mayor. Además, las redes sociales nos ayudan a expandir el mensaje electoral a bajo costo y con gran rapidez.
A través de distintas herramientas podemos conocer muchos datos y hacer una evaluación con mediciones de las distintas corrientes o propuestas en tiempo real, conocer las opiniones de los ciudadanos con los que se interactúan, personalizar y profundizar en los temas de interés, y cómo la ciudadanía los entiende.
Utilizar los términos semánticos sencillos, entendibles para todos es otro reto para la clase política, que a menudo utiliza un glosario de términos que no entienden muchos ciudadanos. Se trata de que la gente sepa de qué se habla, empecemos por ahí.
Otro tema clave es respetar las distintas legislaciones en protección de datos, saber cuáles son los límites y sobre todo establecer un código ético básico que permita competir a todos en igualdad de condiciones no engañando al electorado o utilizando datos que vulneran la ley. Darles a los políticos la oportunidad de conocernos más y mejor tiene que ser compatible con nuestros derechos a la privacidad y una buena forma de acercar al político a la realidad social y demandas ciudadanas, fortaleciendo así la salud democracia de un país.
Esperemos que todos los candidatos sepan a estas alturas quiénes son sus votantes, lo veremos en los resultados en unas pocas semanas.
José Manuel San Millán
Socio fundador de Target Point
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